Había
una vez, que se era, una mago con largas y frondosas barbas llamado
Rodolfo Barbasverdes. El mago vivía en un gran bosque dividido en
dos comarcas: la Comarca de la Luz, habitada por gente fantástica y
todo tipo de animalitos maravillosos, y en la otra, ya os lo podéis
ir imaginando, reinaba la más completa oscuridad pues se trataba de
la Comarca de la Oscuridad. Plantas
carnívoras, grandes arañas, animales despiadados, gritos y sombras,
brujas... habitaban la Comarca de la Oscuridad.
Un día,
como otro cualquiera, Rodolfo Barbasverdes caminaba por el bosque
recogiendo hierbas para su pócima mágica y de pronto... ¡ssshhhh¡
, una sombra rozó los arbustos. Rodolfo se asustó e inmediatamente,
usando sus poderes, lanzó un rayo y la sombra quedó congelada. Al
acercarse lentamente exclamó:
- ¡Pero
si se trata de una bruja¡, ¿qué puede estar haciendo una bruja en
la Comarca de la Luz?.
La muy
pícara bruja, hizo un fuego dentro de su cárcel de hielo utilizando
su magia negra y logró descongelarse. Sacó su varita, sin que
Rodolfo se diera cuenta, y... ¡zasss¡ lanzó un conjuro y convirtió
las largas y frondosa barbas verdes de Rodolfo, en peluchas barbas
amarillas, escapando entre chillonas carcajadas.
Al
llegar al poblado nadie le reconocía porque Rodolfo Barbasverdes se
había convertido en Rodolfo Barbasamarillas.
Pensando,
pensando y requetepensando ingenió una poción mágica para
devolverles el color a sus barbas. Necesitaba cinco ingredientes: ojo
de ogro rojo, ancas de rana verde, hierbas multicolores, pelo de nomo
azul y lo más importante, una pizca de magia de bruja.
Para
ello ingenió un plan y se adentró en la Comarca Oscura. Una vez
encontró la casa de las brujas se transformó en ratoncito y
mientras las brujas comían y se reían del hechizo del mago,
aprovechó la ocasión y sigilosamente le quitó la varita a una de
ellas.
De
vuelta a la Comarca de la Luz, Rodolfo pudo completar su poción
mágica y gritaba muy, pero que muy contento:
- ¡Por
fin, por fin vuelvo a ser yo, el gran y maravilloso mago Rodolfo
Barbasverdes¡
¡FIN...
si lo quieres repetir, aquí está Don Crispín¡
Juanjo Montoya
Delgado (6º)
No hay comentarios:
Publicar un comentario